Canción de los funerales
So
La otra noche estuve en un funeral, en Zacapa
“Ahora estamos agotados,” dije
A la amable concurrencia que quiso escucharme
“Por el hambre, por el peso de los viejos y la liviandad de los niños
Pero sobre todo, por tanto desvuelo estamos
Que ya no damos una. Siempre
Viajando, siempre confundidos, golpeamos
A las puertas de la gente de bien
Con las manos mortalmente heridas”
Y dije aún más—muchísimo más
Pero fuera de la familia, ni una palabra
Solíamos tener un corazón orgulloso
Y mucha high resolution frente a los vendavales
Pero ahora toca decir
“Templanza, cabecita mía, templanza”
Pasadas unas semanas, otro funeral, ahora en la Quinta Avenida
Una difunta de apellido Sánchez Rosales
Aguda como una lanza, su imagen
Recogía la transparente pátina de nuestras dudas e inquietudes
“No lloren ni por los muertos,” nos dijo
“Ni por los desaparecidos. Lloren, más bien,
Por los vivos, por sus primos y sus hermanos
Asesinados frente a su puerta”
Y ofreció algunas soluciones—de hecho
Muchísimas soluciones poco agradables, paqué les cuento
Solíamos tener un corazón orgulloso
Y mucho cuero duro ante las inclemencias
Del clima y la locura del hombre
Pero ahora toca decir
“Sé paciente, vasija mía, sé paciente.”
Notes:
Read the English-language translation by Urayoán Noel, “Funeral song.”